INFORME SOBRE SITUACIÓN DE DEFENSORAS Y DEFENSORES DE DERECHOS HUMANOS ENERO A DICIEMBRE DE 2015

Mi esencia es la resistencia pacífica, soy defensora – soy defensor
 
El año que recién concluye por diversas razones se constituiría en uno de muchas complejidades, en tanto que por ser electoral, iba a propiciar mayores niveles de agresividad y violencia en general y particularmente contra quienes defienden derechos humanos, en la medida que estos interfieren con los intereses de grupos, que bajo la lógica de las elecciones pretenden alcanzar el poder con miras de satisfacer dichos intereses.
 
A ese escenario ya complejo por su naturaleza electoral, debe de sumarse el hecho de que a partir de abril, la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala –CICIG- asestó un duro golpe a una estructura de crimen organizada que involucró a funcionarios del más alto nivel en los Organismos Ejecutivo, Judicial y Legislativo y que tomo por sorpresa a las anquilosadas estructuras de poder que durante décadas han contralado el ejercicio del poder público.
 
Estos dos hechos coincidente en el 2015 propiciaron un clima de mayor nivel de insatisfacción en la población y por ende su disposición de hacer de la calle su ejercicio ciudadano de democracia y de exigencia de garantía de derechos humanos. A las demandas ciudadanas contra la corrupción, se profundizaron la históricas demandas de las poblaciones excluidas por salud, educación, tierra, justicia entre otros.

 
Este crecimiento de la demanda social y popular, dio como resultado la emergencia de organizaciones de nueva orden, que demandan tanto derechos de carácter civil y político, como de orden económico, social, cultural y ambiental.

 
Frente a este escenario, aquellas viejas estructuras de poder, asediadas por un nuevo empuje de la justicia guatemalteca, arremetieron contra estas organizaciones y sus miembros y profundizaron aún más la violencia que habían diseñado contra los movimientos sociales y populares que por años han reclamado inclusión, acceso a la justicia, equidad y democracia.
 
Es en este marco que la UDEFEGUA despliega con mayor rigor la observancia de la labor de las y los defensores de derechos humanos con el objeto de mejorar su protección. De esta cuenta es que se logra determinar que la violencia y agresión contra defensoras y defensores de derechos humanos, aunque menor en cantidad, mayor en su calidad de impacto y virulencia. 2 De ahí que con una disminución considerable en la cantidad total de ataques, se da un incremento en hechos que marcan e impactan con mayor fuerza en las comunidades, los pueblos y las organizaciones de defensa de las libertades y derechos fundamentales.
 
Es por ello que este informe, no sólo pretende detallar el registro que durante más de 15 años se ha realizado, sino que sirva también como instrumento de lucha para las y los defensores y en buena medida que sirva de instrumento para la generación de estrategias que permitan proteger y avanzar en la lucha por otra Guatemala. Este Informe también pretende rendir un pequeño, pero significativo reconocimiento a todos aquellos y a todas aquellas que por el motivo de su labor, han sufrido en carne propia los vejámenes, las agresiones y la violencia de quienes haciendo uso de la impunidad y agresión resguardan sus espurios intereses.


 

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